a) La lucha por la vida y la
muerte
Se parte del hombre en estado
de Begierde [deseo impersonal] y que se pone a vivir en un entorno
humano. El Begierde todavía existe, pero ha cambiado de objeto. Éste
versa sobre otro hombre, pero ese otro hombre no es reconocido más que como un
objeto, y es deseado como tal: para una negación, una apropiación.
El hombre busca que los demás
le reconozcan: el mero Deseo [Begierde] se convierte en deseo de
reconocimiento. Este Reconocimiento [Anerkennen] es una acción [Tun], no
un conocimiento solamente. Pero esta acción no se opone al conocimiento. Es una
acción cognoscitiva, un conocimiento activo. Pero, al principio, uno quiere ser
reconocido sin reconocer a cambio.
Ser hombre significa no estar
sujeto a ninguna existencia determinada. El hombre tiene la posibilidad de
negar la Naturaleza y su propia naturaleza, sea cual sea. Puede negar su
naturaleza animal empírica, puede querer su muerte, arriesgar su vida. Ése
es su ser negativo [negador: Negativität]: realizar la posibilidad de
negar y de trascender —al negarla—su realidad, ser algo más que el ser
meramente vivo.
Es necesario realizar la Negatividad,
y ésta se realiza en y por la Acción, o en tanto que Acción.
Cuando la actividad del otro
también realiza esta negatividad, ambos buscan la muerte del otro. Pero el
asesinato del otro implica poner en peligro su propia vida. Así que ambos
aceptan su propia muerte, al menos como posible.
El ser negativo es
esencialmente finito. Sólo se puede ser hombre si se puede morir. Pero hay que
morir como hombre para ser un hombre. La muerte debe ser libremente aceptada;
debe ser una muerte violenta en una lucha, no el resultado de un proceso
fisiológico.
Si el hombre muere realizando
su Begierde primitivo, es decir, el mero deseo de una realidad natural,
él no se niega, no se libera, sino que sigue siendo dependiente de la Naturaleza:
muere como un animal.
Él debe arriesgar su vida para
forzar la conciencia del otro. Debe iniciar una lucha por el
reconocimiento. Al arriesgar así su vida, le demuestra al otro que no es un
animal; al buscar la muerte del otro, le demuestra al otro que le reconoce como
hombre.
Por tanto, la lucha por la
vida y la muerte es necesaria. Negatividad= Muerte= Individualidad= Libertad= Historia;
el hombre es: mortal, finito, libre, individuo histórico.
Todos estos conceptos están
vinculados entre sí.
La lucha por la vida y la
muerte no es una actitud existencial definitiva. Pues aunque el hombre deba arriesgar
su vida para hacer reconocer su personalidad, no quiere ni puede ser reconocido
como cadáver. Y aunque busque matar a los otros, no puede ni quiere ser
reconocido por cadáveres.
El hombre no es una negación
pura [Negativität], ni posición pura [Identität], ni una
totalidad [Totalität].
Identidad pura: Vida animal, ser
natural.
Negatividad pura: Muerte, nada
absoluta.
Totalidad: nada que nadea en
el ser, el Hombre en el Mundo, espíritu.
El hombre no es ni puramente
vital ni completamente independiente de la vida: él trasciende su existencia
dada en y por su vida misma.
El hombre niega la vida
después de la muerte: la Wahrheit (objetiva) del hombre desaparece con
la desaparición de su existencia animal. Pero él sólo es humano si niega esta
existencia.
Este es el tránsito dialéctico
(de la posición “Lucha por la vida y la muerte” a la posición “Amo-Esclavo”: el hombre debe seguir con vida, pero ser (o
llegar a ser) hombre.
b) Dialéctica del amo
Tras una lucha en la que
ninguno debe morir, uno es el vencedor y el otro el vencido.
(Esta dialéctica no afecta
solamente a las relaciones individuales. Afecta igualmente a Roma y a los
bárbaros, a la nobleza y el tercer estado, etc. Ella posee, por último, un
significado religioso: Dios y el Hombre en la religión judía).
Punto de vista del Amo (del
vencedor): el Amo= ser para sí. Todo lo demás no es más que un medio para él. Él
se reconoce a través del reconocimiento que el otro le otorga, pero no reconoce
a este otro.
Diferencia con el Begierde:
la conciencia del Amo tiene un contenido propio que es concreto, humano. Relación
con otro hombre y con la Naturaleza. Por otro lado, este Yo (del Amo) es reconocido
por otro hombre; para el Esclavo, este Yo es una realidad objetiva. El
hombre del Begierde no es reconocido: el contenido de su conciencia es
la Naturaleza; él mismo es, pues, Naturaleza, un animal. Sólo existe
para la Naturaleza. El Amo sí es reconocido. Pero la conciencia con la que se le
reconoce es la del del Esclavo. El Amo existe para un hombre, pero este hombre
no es sino un Esclavo.
c) La conciencia servil
(dialéctica del esclavo)
Das selbständige Sein = existencia puramente natural, biológica (sin
negatividad).
La conciencia del Esclavo es
un selbständiges Sein. Pues el Esclavo prefiere vivir (como esclavo) que
morir (por la libertad). Por consiguiente, él depende de la vida orgánica;
prefiere la vida orgánica; él es la vida.
La conciencia del Amo es doble:
aunque aún siga siendo la del Begierde (inmediata), también es
reconocida por el Esclavo (mediada). ¿Por qué sigue siendo Begierde? Porque
la lucha por la vida y la muerte se inicia a causa de un objeto natural:
un alimento, una mujer, que el otro debe reconocer como mi propiedad exclusiva.
Así, el objeto se transforma en Besitz. El hombre lucha para afirmar su
posición (reconocida, “legítima”) de este objeto, no necesariamente para
consumirlo. Esta lucha ya está relacionada entonces con otra conciencia, y por
eso su objeto es distinto al del mero Begierde. Pero si el hombre
consume el objeto cuya posesión se le ha reconocido, lo consumirá como animal, según
el Begierde.
El Amo no es un auténtico
hombre, sólo es una etapa. Incluso es un callejón sin salida: él nunca estará “satisfecho”
(befriedigt) con el reconocimiento, pues solamente le reconocen los Esclavos.
El que se convertirá en el hombre histórico, en el auténtico hombre, es el Esclavo;
en última instancia sería el filósofo, Hegel, quien comprenderá el porqué y el
cómo de la satisfacción definitiva mediante el mutuo reconocimiento.
El Esclavo está sometido al
mundo natural, puesto que prefirió vivir. El Amo, que arriesgó su vida, ha
triunfado sobre el mundo natural y, por tanto, sobre el Esclavo. El Amo aceptó la
muerte conscientemente, el Esclavo la rechazó.
Así pues, el Amo se comporta
como hombre frente al Esclavo, que no es, hablando con propiedad, humano: el Amo
tiene derecho a la Dominación.
El Esclavo depende de la vida
y, por tanto, de las cosas. Sin embargo, su rechazo de la muerte es de todos
modos una actitud humana; su dependencia de las cosas es, pues, humana,
negadora. Moldea entonces las cosas, las transforma. Así que las domina, pero
también depende de ellas (“materias primas”). Lado negativo del trabajo: el
trabajo esclaviza (Hegel descubrirá más adelante el lado positivo del trabajo. ¿Por
qué pasa por alto ese lado positivo? Porque él se sitúa aquí en el punto de
vista del Amo. El Esclavo se liberará gracias a ese lado positivo).
El Esclavo trabaja para el Amo
y no para sí mismo.
La actitud del Amo frente a
las cosas está mediada por la conciencia (trabajadora) del Esclavo. El Amo vive
entonces en un mundo técnico, histórico, humanizado por el trabajo, no en un
mundo natural. Ya no depende de este mundo, pues el Esclavo trabajador le sirve
de pantalla protectora.
¿Cuándo se transforma la Naturaleza
en Welt [mundo histórico]? Cuando hay Lucha, es decir, riesgo
voluntario de morir, manifestación de la Negatividad, la cual se realiza como Trabajo.
La historia es la historia de las luchas sangrientas por el reconocimiento (guerras,
revoluciones) y de los trabajos que transforman la Naturaleza.
Pero el Amo lucha como un
hombre (por el reconocimiento) y consume como un animal (sin haber trabajado). Esa
es su inhumanidad. Por eso sigue siendo un hombre del Begierde (que
consigue satisfacer). Él no puede superar ese estadio porque es ocioso e
improductivo. Puede morir como un hombre, pero solamente puede vivir
como un animal.
El hombre del Begierde
no puede ser reconocido por otro hombre libre, ya que, en ese caso, el
adversario muere o le mata, por lo que el reconocimiento es imposible.
La actitud del Amo es un
callejón sin salida existencial.
El Amo no obtiene el
reconocimiento que quería obtener, puesto que es reconocido por una conciencia
no libre; él se da cuenta de eso: callejón sin salida.
Por el contrario, el Esclavo reconoce
la libertad del Amo.
Para encontrarse en la
situación del auténtico reconocimiento, es decir, del mutuo reconocimiento, el Esclavo
le basta con liberarse a sí mismo haciendo que el Amo le reconozca. La
existencia de Amo está “justificada” en tanto que transforma —mediante la Lucha—
a animales conscientes en Esclavos que un día se convertirán en hombres libres.
Dialéctica de la Conciencia
servil:
Origen: el miedo a la muerte. Cuando
el Esclavo experimenta la angustia ante la muerte [Furcht], experimenta
la pura negatividad, es decir, su libertad, su humanidad (la pura nada que en
sí mismo él es fuera del mundo natural).
De ahí la conciencia de la
existencia en el mundo; la conciencia de la finitud de la existencia humana; la
conciencia de la individualidad, pues sólo la muerte individualiza
verdaderamente la existencia (el otro no puede morir en mi lugar).
Por otra parte, la angustia
mortal le revela al Esclavo que el hombre no depende verdaderamente de ninguna
de las condiciones particulares de la existencia.
La Angustia es, así pues, una
condición necesaria de la liberación, pero insuficiente. No es sino una
posibilidad de la libertad.
Al principio, el Esclavo sólo reconoce
la libertad en la persona del Amo (y no en sí): reconoce la libertad de otro
hombre.
Al servir al Amo, el Esclavo
sigue la voluntad de otro; su conciencia está mediada. Vive en función de la Angustia
(humana), no en función de su Begierde (animal).
Lo importante en el servicio
es el trabajo —basado en la angustia—al servicio del amo. El esclavo aún
no es consciente del valor liberador del trabajo.
El amo sigue siendo esclavo de
la naturaleza debido a su Begierde.
El Esclavo: su trabajo no es
una destrucción del objeto (como el Begierde); él lo forma, lo trans-forma.
Transforma la Natur en Welt (el universo natural en un mundo
histórico). Con ello se libera, en realidad, de la Naturaleza.
El esclavo también se vuelve
mediante el trabajo consciente de su libertad.
Esta libertad no es, sin
embargo, más que una libertad abstracta: el Esclavo no vive efectivamente como
un hombre libre aunque tenga una conciencia interior de su libertad. Él sólo es
libre por su pensamiento y para su pensamiento. Cree al principio que puede
quedarse ahí. Pero experimenta que esa actitud no es viable.
a) La lucha por la vida y la muerte.
ResponderBorrarEl deseo del hombre a nivel personal influye en su entorno humano. Begierde existe pero versa de otro sujeto reconocido como deseado como una negación o apropiación. El mero deseo es reconocimiento y este AnerKennen es una acción. Es una acción cognoscitiva, un conocimiento activo. Ser hombre significa no sujetarse a nada. El hombre tiene la posibilidad de negarse y negar la naturaleza, su ser negativo y trascender y ser un ser más vivo. Cuando la actividad es negativa busca la muerte del otro incluso arriesgando su propio ser. Pero dice hay que morir como hombre para ser hombre. Se acepta la muerte si el hombre muere del solo deseo de una realidad natural no se niega, no se libera pero depende de la naturaleza muere como ser, si muere fuerza la conciencia del otro. Demostrando al otro que no es un animal. Es entonces, cuando lo reconocen como hombre. Por consiguiente negatividad, muerte, individualidad, libertad e historia vuelven al hombre en mortal, finito, libre e individuo histórico. La Wahrheit u objetiva del hombre desaparece con su existencia animal. Pero el hombre si niega su existencia. Igual el hombre sigue con su ritmo de vida llegando a ser hombre.
b) Dialéctica del amo, esta dialéctica afecta a todos, nobleza y tercer estado. Dios y hombre en la religión. Para el amo es ser para sí. Lo demás le sirve a él, se reconoce ante otros pero no reconoce a los demás. Entonces la conciencia del amo tiene un contenido propio y concreto, es humano. El hombre de Begierde no es reconocido, pues el amo es naturaleza y el amo si es reconocido por el esclavo.
c) La conciencia servil.
Das Selbstandige Sein: existencia biológica, la conciencia del esclavo es vivir que morir él depende de la vida orgánica y vive. La conciencia del amo es doble, aunque inmediata es reconocida por el esclavo es mediada. El amo no es auténtico hombre, es un callejón sin salida nunca está satisfecho con el reconocimiento pues solo los esclavos le reconocen. Quien es auténtico hombre es el esclavo según Hegel comprende por qué y el cómo de la satisfacción del mutuo reconocimiento. El esclavo se somete a lo natural prefiriendo vivir. El amo acepta la muerte y el esclavo la rechaza. El amo sigue siendo esclavo de la naturaleza debido a su Bergierde, él lo forma, lo trasforma y con ello se libera de la naturaleza y se vuelve consciente de su libertad.