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sábado, 28 de marzo de 2020

03. Hacia una formalización


Para formalizar esto, tomemos un plano cartesiano cuyos ejes sean la necesidad [N] y la contingencia [C], que adquieren valores de presencia [+] y ausencia [–]. De tal manera, se determinan los siguientes cuadrantes:



  • [+N–C] Presencia de N y ausencia de C. Sería lo estrictamente Necesario: lo que no cesa de escribirse [N].
  • [–N+C] Ausencia de N y presencia de C. Sería lo estrictamente Contingente: lo que cesa de no escribirse [C].
  • [+N+C] Presencia de N y de C. Sería una Contingencia necesaria: es decir, una contingencia que se vuelve necesaria [NC].
  • [–N–C]. Ausencia de N y de C. Sería Ni necesario, ni contingente: lo necesario se realiza en una contingencia que no produce efectos de necesidad.

Además, los elementos pueden a.– tener conexiones en una dirección [, ]; b.– o en ambas []; c.– o no tener relación [Æ]; d.– o hacer un bucle [R].

Volvamos a la Didáctica magna: mientras el cielo ordena que el sujeto se conozca a sí mismo, los sabios y los llamados “nosotros” (Comenio incluido) crean las condiciones para que eso ocurra. Y para tener ese lugar, han tenido que ser investidos por una autoridad, quizá la misma que está puesta como origen de la sentencia. Dicho de otra manera: “El cielo, de donde descendió la sentencia, nos ha permitido conocernos y nos ha investido con el poder de garantizar que se realice en los demás”. O sea: para que se realice la sentencia, hay que pasar por “la mano” de los investidos. ¡La formación es una iniciación! Hasta ahora tenemos, entonces, lo siguiente:


El valor positivo de la sentencia se puede hacer efectivo gracias a la diferencia entre la posición contingente [C] y la posición contingente-necesaria [NC]. El imperativo viene del cielo, pero es dispuesto por quien está investido. Si todos estuvieran investidos, perdería todo su valor la investidura[1]. Por eso, los sabios hicieron escribir la sentencia —como dice el texto— «con letras de oro en el frontispicio del Templo de Apolo» [I, 1]. Obsérvese que dos secuencias ([NC] y [NNCC]) terminan en C, desde donde no se origina otro vector; es decir, la formación se concibe más allá de la idea de intersubjetividad: desde C no hay un vector hacia N o hacia NC (por ejemplo: el interpelado por la consigna no replica ni a quien se la hace, ni a quien dispone los elementos para formar). Dicho de otra manera: no es que no haya intersubjetividad, sino que está subordinada a la estructura de la fig.2.

El conocimiento que sugiere la sentencia (conocer a sí mismo) parece hacer un bucle, un circuito cerrado sobre el sujeto (conocerse); pero, entonces, ¿por qué tiene que ser interpelado por Otro y por qué otros deben crear las condiciones para hacerlo posible? En realidad, conocerse presupone la existencia, tanto del semejante (un ‘otro’ con minúscula) como de un Otro (con mayúscula) de trascendencia en ese momento (universal para el contexto).

Efectivamente, en un primer atisbo, uno se reconoce, pero ello sólo es posible por la relación con el otro que lo reconoce, como enseña Hegel en la Fenomenología del espíritu (1807, p.115). Obsérvese que “plebe” es un conjunto de “iguales”. Además, ese reconocimiento especular, que instaura lo que Lacan llama relación imaginaria[2], se da ante la presencia de un tercero (por ejemplo, la cultura, el lenguaje). Por eso, los sabios afirmaron que la frase «Conócete a ti mismo» había descendido del cielo; o sea: no es obra de algún semejante (de un integrante de la plebe), sino de un Otro que trasciende la relación imaginaria. Eso explica la siguiente observación de Georg Christoph Lichtenberg (en sus Aforismos): «Hay una especie de ventriloquia trascendental que consiste en hacer creer a la gente que algo que ha sido dicho en la Tierra viene del cielo»[3].




[1]     De nuevo: proclamar la igualdad entre maestros y estudiantes es crear condiciones distintas a las que dan lugar a la formación.
[2]     «El estadio del espejo como formador de la función del yo tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica» (1949).
[3]     «F» (1776-9), §665.

15 comentarios:

  1. “No estamos hechos para que nos digan lo que somos, sino para construirlo nosotros mismos, en el marco de ciertas condiciones de posibilidad…” Esta afirmación no solo hace referencia al sujeto cognitivo, sino también incita al sujeto a actuar de otra manera “aquello que se ha opuesto a que se mire”, en tal sentido pone en tensión al sujeto que conoce y al sujeto que se desconoce a sí mismo.
    Desde esta perspectiva ¿Qué determinaciones tendría que superar este sujeto cognitivo? para que no fuera exhortado por aquellas fuerzas que lo incitan a reconocerse desde otras esferas. ¿Quién podría calcular o garantizar que la formación del sujeto no podría tener otro giro diferente a lo esperado? como por ejemplo si “olvida ese saber sobre él”.
    Por otra parte, el “bucle” hace referencia a que el saber, para constituirse como tal, exige al sujeto reconocerse como distinto del otro ¿y del Otro?
    Romper con la mirada del común y observar más allá de lo establecido inviste de poder a quien lo logra. Permitiéndole exigir a otros vincularse a la tarea de conocerse, es decir, separarse de la relación con sus iguales y empoderarse de su reconocimiento más allá de lo establecido por la cultura. Esto le otorga un lugar de trascendencia; ahora bien en ese distanciamiento y empoderamiento en el lugar del Otro, encontrará una articulación con otros Otros ¿Esto reiteraría la necesidad de nuevas rupturas? ¿Qué afectaciones generarían en el proceso inicial?

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    1. Gracias, Alfonso

      De acuerdo en que la postura que enarbola la idea de que “No estamos hechos para que nos digan lo que somos” apunta al sujeto, más allá de su dimensión epistémica: ¿qué es lo que en él mismo hace oposición?
      La pregunta sobre lo que tendría que superar este sujeto es fundamental. Piensen si el texto de Comenio responde a esto. Porque entonces tendríamos una condición humana hecha de obstáculo y de saber y de decisión… válida para cualquier época (es decir, estructural). Ya no podemos pensar en apelar al saber, pues no hablamos de un sujeto cognitivo, sino con sujeto que está hecho de obstáculo/saber/decisión, dimensiones que no tiene por qué ser solidarias (ojo con el estereotipo de la “formación integral”). ¿A qué apuntamos, entonces? ¿Cómo?
      Ante estas dificultades, Alfonso tiene razón al afirmar —a pesar de los signos de interrogación— que la formación es incalculable, no garantizable. Si atendemos a lo que acabamos de decir sobre la condición humana, forzoso es concluir que la formación siempre enfrenta una resistencia (no es dar de beber al sediento).
      Ahora bien, es paradójico que Alfonso hable de reconocerse como distinto del otro y del Otro, siendo que la posibilidad del reconocimiento (que no tienen los animales) aparece justamente cuando hay otro y Otro. En ese sentido, no sé cómo se puede “observar más allá de lo establecido”: ¿desde dónde?, ¿quién puede saltar sobre su sombra? Invitar a otros a vincularse a la tarea de conocerse es el síntoma del maestro… nada especial, pero sí es una labor que SEPARA —como dices— pero que, al mismo tiempo, LIGA de otra manera.

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  2. Establezco que -N-C, es nuestro estado animal donde lo necesario se realiza en una contingencia que no produce efectos de necesidad, es un estado casi que de irracionalidad del cual salimos una vez aceptamos el lenguaje y somos transformados en sujetos.

    Siendo sujetos estariamos en un estado C (La plebe), antes de llegar a un estado +N+C (sabios), tal parece que el efecto formativo por parte de la familia necesita de un tercero que estando ausente puede intervenir en esa relación, este puede ser una figura divina, pero también una figura de poder impuesta como el padre, ya en la escuela esta figura de poder puede ser el rector(a) o un coordinador(a), que tenga una función N.
    En este recorrido, en estado C (La plebe) somos interpelados por un +N+C (sabio) que busca generar condiciones de posibilidad también a través de un N (saber), pero esta vez la diferencia es que lo autorizamos de forma voluntaria, aceptamos esa contingencia C que sin ser necesaria, la convertimos en necesaria y trabajamos en ella, de esta manera aquel tercero N, también es contingente.

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    1. Gracias, Sonia

      De acuerdo en que EL estado animal (no “nuestro estado animal”, pues, en tanto hablantes, ya no tenemos) estaría en -N-C, pero de otro esquema en el que se esté describiendo la inscripción del homo sapiens en el lenguaje. O sea, dependiendo de los elementos que se pongan en relación, vamos a encontrar en esa posición también otras cosas. Lo estructural es la relación, lo contextual es lo que pongamos en los recuadros.
      La fig.2 describe lo que dice Comenio en el parágrafo 1 del capítulo I. Según ese texto, lo necesario es el Cielo, que nos manda la consigna (“Conócete…”). Lo contingente es la plebe (los seres creados, que no existían). Y lo +N+C son los sabios (Comenio se incluye), que dejaron de ser C y ahora tienen algo (fueron designados por el Cielo) que les permite incidir sobre la plebe. Es decir —como planteas— ¡se necesita un tercero! que, de acuerdo con la fig.2, está repartido: hay un tercero N (Otro), un tercero NC investido (otro) y un tercero semejante, los que hacen parte de la plebe (otro).
      Tal como dices, en estado C (La plebe) somos interpelados por un +N+C que busca generar condiciones de posibilidad. Hasta ahí. Todavía no tenemos “saber”… Ya veremos cómo avanza Comenio.

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  3. Conocerse presupone la existencia de un otro y un Otro de trascendencia universal, la figura 2 muestra una relación de subordinación de C ante los demás elementos si bien la frase conócete a ti mismo es interpelada por N, NC debe crear las condiciones para que sea posible. Los sabios afirman que la frase viene del cielo y por lo tanto no es obra de un otro ya que ellos ya han podido conocerse y han sido investidos con el poder de garantizar que ese conocerse se realice en los demás.
    De acuerdo al texto veo C como los alumnos en busca de formación esa formación es atribuida por NC en este caso los maestros que como en el texto están preocupados porque esta formación se efectúe con éxito, ya que ellos han sido revestidos y son dignos de promulgarla o impartirla. en el caso del elemento C, lo interpreto desde dos puntos de vista: la “verdad” o el procedimiento que lleva a la formación o las “verdades epocales” que se imparten desde una posición privilegiada o que son consecuencia de la cultura y la sociedad.

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    1. Gracias, Leochembi

      En la fig.2 NO SE PUEDE VER a los alumnos “en busca de formación”. Sólo es posible ver que son el objeto de una interpelación de N y de unos actos que NC dispone en su dirección. Acá “disposición” es la creación de unas condiciones de posibilidad, no la actitud de los estudiantes. Por eso, no se puede decir que NC “atribuya” formación.
      De otro lado, es imposible deducir, de la fig.2 (de I, 1) una “preocupación de los maestros de que la formación se efectúe con éxito”. Sólo se indica que se aplican a algo en relación con alguien, y que están investidos por una figura trascendente.
      Ni los lugares (N, C, NC. -N-C) ni las relaciones son de época. Epocales son los elementos que ponemos en los recuadros.

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  4. Entiendo que el "conócete" implica un imperativo de un tercero que está expresado como "Otro" en la lectura. El imperativo del Otro enviste al sabio quien crea las condiciones de posibilidad para que la requisición sea realizada por los otros (plebe), pero según la figura, tanto el imperativo del Otro (N) como la requisición del sabio (NC) van directo a la plebe (C): ([N→C] y [N→NC→C]). En esa doble relación, N (Otro) está dado desde el cielo en Comenio, pero la requisición está dada entre una relación de sabios (nosotros) y la blebe (otros), por tanto, no hay una acción directa entre el Otro (N) y los otros (plebe) si no es por la interpelación de los sabios para que el imperativo llegue a realizarse. Entonces, a propósito de Longitud, el Otro: es la necesidad de encontrar solución a un problema (universal) de la navegación que es poder medir la longitud en altamar, ahí está el imperativo: "mide la longitud". La razón de existencia del imperativo esta en el campo del arte de la navegación y quienes navegan saben la razón del porqué del imperativo que es "si no quieres perderte en altamar y morir". Sin entrar en quiénes serían los "sabios" y los "otros" en el relato de Dava Sobel, parecería que el imperativo llevara consigo la carga de su razón de ser. El imperativo "mide la longitud" implica: "sino quieres perderte en altamar y morir" y por tanto no se hace necesaria su expresión porque sería redundante. El imperativo se vuelve incuestionable para quienes conocen el campo de la navegación y para quienes han escuchado y entendido la razón del problema. Ahora bien, un análisis de los imperativos nos llevaría a pensar que todo imperativo lleva la carga de la razón de su existencia para quienes conocen el campo al que pertenece. Entonces, ¿cuál sería la razón implícita en el imperativo "conócete a ti mismo"?, ¿a qué campo pertenece? y ¿qué tipo de sabios serían los investidos para hacer la requisición a la plebe? Y otra cosa: Si el imperativo es universal, entonces, el conocimiento de uno mismo no es particular, la estructura del sujeto es igual en cada uno, tiene sus leyes universales. Si esto es así, ¿porqué la formación no afecta a todos de la misma manera?

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    1. Gracias, Rubén

      Según la fig.2, el imperativo “conócete…” SÓLO va dirigido a la plebe. A los sabios no se les dirige ese imperativo (¿tal vez antes?, en todo caso, no en el momento de I, 1).
      ¿Qué inviste (no “enviste”) al sabio? Todavía no lo sabemos, pero sí está más adelante en el texto. En el esquema no queda establecido que el sabio haga una requisición (no quiere decir que no las haga a la plebe, sino que en I, 1 eso no se afirma); por eso se dice que descendió del Cielo… y los sabios están en la tierra.
      Como dices, y según el esquema, las secuencias terminan en C. Eso me lleva a afirmar que no hay intersubjetividad, la cual se expresaría con vectores desde C hacia N y hacia NC (ausentes en el esquema).
      ¿Por qué dices que no hay una acción directa entre N y C? Sí la hay: según el esquema, N es quien hace —mediante la ventriloquia que señala Lichtenberg— la requisición a la multitud (no le dice a NC que le diga a la multitud; en cambio el asunto de dar la investidura sí es entre N y NC).
      En la primera entrega hay una definición de “requisición”: «un acto de lengua en el que el hablante busca ver realizado por su interlocutor el contenido lógico de su enunciado, en virtud de la relación social que sostiene con él». Si no estás objetando esta definición, ¿por qué nos interesaría otra? De acuerdo con la definición anterior (puse la bibliografía respectiva en la entrega) la requisición no tiene carga de “razón” sino de relación social. ¡Los imperativos no son del ámbito de la razón sino de la pragmática! Que yo tenga razones para hacer una requisición no implica que la razón forme parte de la requisición. Por eso, el “conócete…” va a ser sustentado en el texto por la vía moral, no por la vía racional.
      ¿Por qué un imperativo universal no puede conducir a algo singular? Si el asunto del imperativo es la razón, el conocimiento tendría que apuntar a lo que sea universal en el momento. Pero si su asunto es “moral”, lo producido no tiene por qué ser universal. Por eso, si bien algo se hace, no todos —como dices— se afectan de la misma manera.

      Interesante el ejemplo y el análisis que haces al respecto. No lo comento, pues no sabemos si todos han leído el texto que, como les he dicho, es muy importante para entender la diferencia entre campo y esfera de la praxis.

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  5. Respecto a la entrega anterior rescato la siguiente idea: el conocerse a sí mismo requiere un esfuerzo adicional, el sujeto que hace la requisición es consciente de que el otro a quien le demanda puede llegar a conocer, sin embargo este no puede hacer mas que pedirle que vea y piense mas allá respecto a su propio ser, ya que, es un conocimiento que solo puede ser adquirido por el mismo sujeto. En ese sentido, teniendo en cuenta los planteamientos posteriores, el Otro al brindar una respuesta de quien puede llegar a ser el sujeto y su propósito, lo coarta de su libertad (en este caso dirigida al pensamiento) y de su capacidad de dudar.

    En segunda instancia,de acuerdo a lo expuesto en la lectura de esta entrada, se infiere que hay una relación entre conocer-poder que advierte la existencia de tres sujetos (el Otro que inviste, el investido y al que se busca investir), lo cual pone en diferente posiciones al sujeto de acuerdo a su relación con el conocimiento. Me pregunto si la formación en ese diagrama de relaciones se evidencia en el momento en que quien es investido dispone las condiciones para que el otro se conozca a sí mismo.

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    1. Gracias, Paola

      Es muy importante lo que recoges: el esfuerzo adicional. Se apela a un sujeto que, si bien es capaz de conocer, tiene algo que se resiste. Y nadie puede hacer por él el esfuerzo adicional… pero sí se pueden crear unas condiciones de posibilidad.
      ¿Es importante que el Otro sea consciente de que el otro pueda llegar a conocer —como dices—? Pienso que es más importante que el otro haga el trabajo (que “vea y piense más allá”, como dices). ¿Por qué no pensar que, al final, uno diga: “no llegué a conocerme, pero VIVÍ de cierta forma por intentarlo”?
      Por eso, el Otro NO puede decirle al otro lo que es. Ya vimos que el efecto es la alienación o el olvido. Por eso se necesita el esfuerzo adicional.
      Veo los tres sujetos que mencionas, pero no veo el poder… El otro (por ejemplo, “La república de Colombia”) inviste (a los licenciados) para que el investido haga su faena. ¿Qué importa más en ese ejemplo?, ¿el poder o la estructura que responde a algo de la condición humana?
      En relación con la última pregunta, pienso que el diagrama ilustra el hecho de que la transformación de la “plebe” pasa por las acciones de ciertos sujetos que, a su vez, han sido investidos por una instancia trascendente.

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  6. LUIS FERNANDO BARRERA SIABATO

    Me he quedado pensando en el "bucle".

    Desde el texto anterior la formación tendría como criterio dar mayor importancia al proceso de búsqueda que al contenido, y esto debería proporcionar la certeza que la libertad y la voluntad conduciria a un conocimiento más estructural que contextual, pero al pensar en el papel del otro frente a la adquisición de un contenido que es imprescindible para poder llegar a un conocimiento propio, quedo con la inquietud si ante el cambio de contexto o del otro, que me sirve de referencia, cambia totalmente el proceso y el contenido que se va construyendo.

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    1. Gracias, Luis Fernando

      Estoy esperando a poder organizarla discusión... pero no leen las instrucciones. A la inquietud de Luis Fernando le respondo: si bien uno se enamora de alguien específico, puede hablar de "enamoramiento", puede decir "no me vuelvo a enamorar" o "me volví a enamorar".

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  7. Partiendo de la segunda figura y desde lo planteado por Comenio, la formación se establece al concretizarse unas condiciones de posibilidad. El sabio (NC) o profesor (en nuestro caso), quien está “investido por una autoridad” puede transmitir el conocimiento a la plebe (C) o estudiantes; por lo tanto, la sentencia “conócete a ti mismo”, muestra el sujeto (NC) direccionando la formación. Por otra parte, su saber, que posee estructura, le da herramientas para crear esas condiciones de posibilidad y para llevar al otro sujeto (C) a conocerse.
    De lo anterior, se puede decir que varios aspectos mencionados anteriormente quedan en evidencia:
    1. “La formación se concibe más allá de la idea de intersubjetividad”, porque al recorrer el camino propuesto por el saber, se la reconoce “subordinada a la estructura”.
    2. Los elementos que se presentan en la formación como iniciación, pueden tener relación en una sola dirección (NC➞P).
    3. El reconocimiento que hace el sujeto (C) se da ante la presencia de Otro (NC), en consecuencia la formación (+N+C) está al final del procedimiento que estos sujetos (NC y C) ejecutan.

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  8. Ante el interrogante del compañero Rubén sobre ¿por qué la formación no afecta a todos de la misma manera?, partiría por detenerme en un argumento presente en una de las respuestas que el profesor dio a uno de los comentarios: “los imperativos no son del ámbito de la razón sino de la pragmática”. Solo insistiría en que cabe la reflexión sobre la opinión y concepto; es claro que ésta no afecta a todos de la misma manera porque primer lugar, los contextos sociales son los que regulan y orientan la producción del discurso (Bourdieu, 1985:40), en segunda instancia, la doxa ha tenido demasiado espacio entre nosotros.

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  9. Conocerse a sí mismo requiere un esfuerzo tanto personal como interpersonal. A mi juicio, no es posible conocerse a sí mismo sin establecer una(s) diferencia(s) con el otro.
    Conócete a ti mismo!, en modo imperativo como dicen los compañero s en los anteriores comentarios nos dice que hay algo o alguien por encima de nosotros, se habla de jerarquía y por consiguiente ese algo o alguien no puede ser interpelado por nosotros los "súbditos". Entonces, estamos condenados a vivir de esa manera siempre?, es posible salir de esa zona de dominación?.

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